domingo, 2 de junio de 2013

Cierre del Centro de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez de Salamanca

Guías de lectura
Hace ya unos días que comenzó a extenderse esta noticia, causando entre quienes hemos tenido relación con dicho centro, extrañeza, rabia y tristeza. Cierto que era un centro privado y, por tanto sometido a lo que sus “dueños” o administradores quisieran determinar. Pero también es cierto que el CILIJ (Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil), tras décadas de funcionamiento, se había convertido en una de las referencias más sólidas y estables del panorama nacional e internacional en lengua española, en lo referente a la LIJ.

Decimos “extrañeza”, aunque vivamos unos tiempos en los que ya no nos extraña casi nada, ya que el desmantelamiento es general, en este país mediocre. Tristeza, mucha, porque es muy probable que se pierda buena parte del trabajo realizado durante tantos años y también se pierdan algunas personas que han dedicado su energía y trabajo al citado centro. Imaginamos que si su fundador –recientemente fallecido- levantara la cabeza y viera la demolición de su legado, sentiría algo más que pena y decepción ante la administración que sus herederos hacen de lo que él construyó.

Hace pocas fechas (un mes y medio), con motivo del XXV aniversario de nuestra biblioteca, nos dedicaron una generosa referencia en su página web:

Desde este modesto blog, nos unimos a las voces de quienes lamentan y denuncian ese cierre y mandamos un abrazo a las personas que trabajaron y trabajaban en el Centro de Salamanca, con quienes hemos mantenido relación desde hace muchos años y entre quienes nos sentimos siempre acogidos y apoyados, cuando pedimos información o asesoramiento. No podemos hacer mucho más, pero sí mandarles un abrazo solidario, junto con el reconocimiento a su trabajo y aportaciones.



4 comentarios:

  1. Antonio Basanta Reyes2 de junio de 2013, 4:30

    QUERIDOS AMIGOS:
    Comprendo vuestro dolor. No es distinto al mío. Lo único que a mí, como Director General de la Fundación, me toca ahora hacer frente a una situación, que ni deseaba ni esperaba. Lo más cómodo sería abandonar el barco, pero quiero lo suficiente a esta casa como para no hacerlo. Y, mientras se desee contar con mi ayuda, todo mi esfuerzo se centrará en pensar en las personas, en cómo seguir enriqueciendo los programas que hemos creado en estos años, y en anticiparnos a los fenómenos de cambio que se están produciendo en el mundo de la lectura, de una profundidad y convulsiòn casi desconocida. En ello nos queremos centrar, cediendo a las instituciones públicas que les corresponde la gestión de nuestras salas. Y todo ello con una generosidad por parte de la Fundación que califico de ejemplar. Hasta ahora nada hemos conseguido de ellos. Pero nadie me va a rendir. Que la dertota no llega cuando nos vencen, sino cuando desistimos
    Por la admiración que me merece vuestro trabajo y el afecto que me une a muchos de vosotros, os ruego un margen de comprensión,a pesar de saber el desconsuelo que puebla vuestros corazones.
    Yo me abono a la esperanza. Y a la fortaleza de los vínculos que siempre nos han de unir a aquellas personas que compartimos objetivos comunes en nuestras VIDAS.
    Os mando a todos un fuerte abrazo. Y sabed que la Fundación es vuestra casa.

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  2. Querido Mariano,gracias una vez más por tu solidaridad.

    Un abrazo,
    Rafael Muñoz

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  3. Te agradezco mucho, Antonio, que hayas contestado a ese post. “Los que vivimos en provincias” y tuvimos la suerte de contactar, aprender y colaborar con la Fundación GSR de Salamanca y, especialmente, con las personas que allí han trabajado y trabajan (que suelen ser, en muchas ocasiones, quienes hacen grande una institución) hemos sentido un puñetazo en la boca del estómago.
    Ya casi nos hemos acostumbrado a este plan de derribo en el que se ha empeñado este gobierno (y, además, lo va a conseguir seguro, a juzgar por el empeño que han puesto en cargárselo todo), pero cuando nos llegan noticias así, de sectores que uno pensaba que tenían solidez probada, es inevitable caer en el desánimo y exclamar aquello de “¡y lo siguiente qué será...!”
    Yo me imagino que las cosas casi siempre pueden hacerse de varias maneras y probablemente (y lo digo desde un evidente desconocimiento de las tripas de la institución) en este caso, también. Al menos, ese sería el deseo de muchas de las personas que nos hemos relacionado de manera estrecha y abierta con las gentes de la Fundación... Y nos gustaría que los trabajadores y trabajadoras no terminaran dañados en este proceso de cierre (casi seguro que será imposible que eso no ocurra, claro) y, según he leído, posible recolocación.
    Desde luego, después del golpe y el impacto emocional de la noticia, está bien que salgas al paso y ofrezcas ayuda, compromiso y esperanza. Ojalá todo eso sirva para remediar en parte lo que parece irremediable: el cierre de un Centro de referencia nacional e internacional, en todo lo relacionado con la LIJ, y promotor de acciones que tenían como razón de ser: la cooperación, el intercambio, las buenas relaciones, el trabajo serio, la divulgación, el apoyo a las personas que trabajaban en ámbitos similares con muchos menos medios, etc.
    En todo caso, veremos cómo evolucionan las cosas. Un abrazo fraternal.
    Mariano Coronas

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  4. Antonio Basanta Reyes17 de junio de 2013, 9:17

    Querido Mariano:
    Gracias por tus palabras. Por tu análisis honesto y generoso. Porque, desde la discrepancia, que comprendo y aprecio,siento también tu amistad en ese adjetivo que colorea tu abrazo.
    El mismo que yo te hago llegar con estas líneas. Con todo mi cariño y admiración.

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