
Los libros que han servido de referencia y, a la postre, los
títulos de los cuentos han sido:
Uga Maluga, que no es una tortuga ni una oruga... El diario
de las cajas de cerillas. Los colores de la casa. Los cuatro viajeros...
Finalmente, entre todos y todas han inventado y representado un cuento
colectivo titulado: “Las aventuras de Mario Jons, en busca de la charca perdida”.
Un esfuerzo y una tradición que ya viene de lejos y que se
mantiene viva, gracias al esfuerzo de unas cuantas personas.
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