CÓMIC (X): Chicles e historietas

Contaba yo una decena o una docena de años (con el tiempo se difuminan, ¡y de qué manera!, las fronteras de la edad) y circulaban entonces dos marcas de chicle muy populares: Bazooka y Duglas. Ambas marcas incorporaban en su interior un pequeño cómic. En el caso de Bazooka, la historieta era independiente del envoltorio exterior y podías coleccionarlas para cambiarlas por productos sencillos de un incipiente “merchandising”: con 25 historietas te mandaban una insignia o un bolígrafo o una brújula, etc. En cambio, la marca Duglas colocaba la historieta en el mismo envoltorio, por la cara interior. Era, sin duda, una manera ingeniosa y barata de popularizar la historieta y la marca comercial.

Por tanto, a los populares TBO, las aventuras de El Capitán Trueno, El Jabato y Hazañas Bélicas, podíamos sumarles estas tiras o historietas, en color, que nos ofrecían el humor y la sorpresa cada vez que abríamos un nuevo chicle. Estas dos que ilustran este post son las únicas que he podido rescatar de ese naufragio permanente que es la infancia perdida.