Ayer se hizo público el nombre del galardonado con esta distinción anual que concede la Academia Sueca. Esta vez el premio se ha quedado en casa, puesto que los honores han sido para el poeta sueco Tomas Tranströmer.
Es interesante leer el artículo que se publica en el diario El País, escrito por el uruguayo Roberto Mascaró, traductor al castellano de su obra. También curioso leer un artículo en el que Diego Moreno, director de Ediciones Nórdicas pronosticaba en diciembre del pasado año que el escritor que seguramente sería premiado en 2011 sería Tranströmer.
A continuación, la presentación de la entrevista, por correo electrónico, que le hizo hace unos días, el poeta Juan Antonio González Iglesias:
“… Nacido en Estocolmo en 1931, puede asegurarse de él, sin que suene anacrónico, que es un poeta. También traductor, músico, y psicólogo en instituciones penitenciarias suecas. Es uno de los poetas suecos más influyentes en las letras universales, traducido a más de cuarenta idiomas y galardonado con importantes premios internacionales. Aun así, el Nobel me parecía difícil, porque no deja de ser sueco y la paradoja persigue especialmente a los poetas.
Tomas Tranströmer responde mis preguntas por escrito. No por la moda electrónica de nuestra época, sino porque hace dos décadas que se comunica así con el mundo. Él mismo hará alusión en la entrevista al ictus que sufrió hace unos años. Aquello lo privó del habla, y dejó paralizada la mitad derecha de su cuerpo. Sus lectores siguen asombrados y desconcertados porque el propio poeta había publicado varios años antes unos versos que anunciaban una hemiplejia. Está reconocido internacionalmente como alguien que pone absolutamente al día las antiguas funciones del poeta. Hemos intercambiado correos electrónicos con la ayuda de su traductor, el poeta uruguayo Roberto Mascaró…”
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