Sus libros están presentes en nuestra biblioteca escolar. Desde la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, a través de Marta García, nos enteramos del fallecimiento de la escritora de LIJ Consuelo Armijo. Nos acordamos de ella porque fue una de las personas que respondió a nuestra invitación para colaborar en la actividad que denominamos “Ánimos lectores” y que finalizó en junio de 1994 con una exposición y la edición de un número extraordinario de Bibliotelandia, el número 25 (que salió con 24 páginas).
Dedicatoria de Consuelo Armijo en la página 16 del número 25 de Bibliotelandia (junio de 1994) |
Siempre que me piden que escriba sobre mí no sé qué poner, porque a mí no me pasan las cosas que les pasa a las protagonistas de los libros. Ya empecé mal. En vez de nacer duende, o hada, o por los menos bruja, como a mí me hubiera gustado, nací niña, ¡y ni siquiera rubia y con los ojos azules como las que salen en los anuncios! sino, según las fotos, pelona y con los ojos cerrados. A los Reyes Magos siempre le pedía una varita de la virtud, y siempre me contestaban que no habían podido encontrarla. Bueno, siempre no: una vez me trajeron una que no funcionaba. En fin, en vista de esos fracasos, cuando fui mayor decidí escribir, porque cuando escribo pasa lo que yo quiero. ¡Todo es posible en los libros! ¡Viva los libros! (Consuelo Armijo)
Consuelo Armijo ha fallecido hoy en Madrid a los 70 años de edad. Su carrera estuvo principalmente dedicada a la literatura infantil y juvenil, donde logró premios tan importantes como el Lazarillo de Creación en 1974 por la obra “Los batautos” (primer libro de esta serie), o El Barco de Vapor en 1978 (año de su creación) por "El Pampinoplas". Ambas obras están consideradas como clásicos de la literatura infantil española del siglo XX.
Cultivó en su obra un humor cercano al absurdo y al “nonsense”. “Los batautos” son el mejor ejemplo de este humor, unos seres verdes con orejas al principio de la cabeza y pies al final del cuerpo.
Ofrecemos el enlace a una entrevista de la autora publicada por la revista Cuatrogatos en el año 2000:
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