El trabajo de fomento de la lectura y el de impulsar actuaciones desde la biblioteca escolar, pueden tener más efecto si se cuenta con la colaboración de las familias en el empeño.
En nuestro centro, es algo que venimos haciendo desde hace tiempo y aunque el grupo de madres cuentacuentos es el que se enfrenta dos veces cada curso, en un cuerpo a cuerpo pacífico, con el alumnado; hay otro grupo de madres que se ocupa de realizar ornamentos plásticos que “disfracen” la biblioteca del tema que se está trabajando. En esta ocasión, con motivo de esta temática vegetal, arborícola y boscosa que nos ocupa, sus trabajos han salido del aula de biblioteca y se han adherido a algunas paredes de los tres edificios del colegio, en forma de árboles. Los chicos y chicas, con la ayuda del profesorado, han vestido esos árboles con “hojas parlantes”, como ya se explicó en otro post de este blog.
Hoy, esta nueva entrada quería hacer hincapié en el ambiente que se respira los miércoles por la tarde –de tres a cinco- en la biblioteca, cuando quienes la ocupan son las madres voluntarias que vienen a realizar ornamentos y a preparar libros y cuentos para ser contados más adelante. En nuestro colegio, tenemos suerte de contar con un grupo de madres colaboradoras que participan tan activamente, con tanto entusiasmo y tanta generosidad.
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