jueves, 11 de abril de 2013

Los de tres años entregan su libro

Vinieron,  el pasado martes, las dos clases de infantil tres años a hacer entrega de los libros grandes que han ido componiendo. Venían con sus maestras. Traían puestos los ojos de mirar a todos los lados, y de sorpresa al verse rodeados de los mayores del colegio; en una clase en la que nunca habían estado y recibidos además por un maestro de barba blanca...






Nos enseñaron los libros y, con ayuda de sus maestras nos explicaron algunas páginas, recitaron algún poema y siguieron con los ojos abiertos para no perderse nada de lo que estaba pasando.
Pudimos ver, en las páginas de los libros regalados a la biblioteca, los colores de las estaciones, las manos de todos ellos impresas y los nombres escritos por ellos mismos... Y unos autorretratos que hubieran recibido, ¡seguro!, la felicitación de Picasso o de Miró (¡qué cuerpos, qué cabezas, que brazos y qué piernas!)... Unos trabajos colectivos que podremos ver expuestos a finales de mayo en la biblioteca del colegio.

A veces, en la escuela, se producen momentos realmente emotivos, que nos conmueven. Anteayer yo percibí uno de esos: los más pequeños del colegio vienen a una de las clases de los más grandes a entregar y mostrar su trabajo... Y los mayores escuchan, miran y felicitan a aquellos tipos pequeños que, sin darse ninguna importancia, nos dejaron su libro, se dieron media vuelta y regresaron “a sus cuarteles”, como si no hubiera pasado nada... ¡QUÉ GRANDES SON LOS PEQUEÑOS!

1 comentario:

  1. ¡Cuánta sensibilidad en una actividad aparentemente tan simple! ¡Y qué bien acompañados tanto los pequeños como los mayores!
    Un abrazo.

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