En ningún sitio está escrito que un lector o lectora deba
terminar la lectura del libro que ha elegido y que está leyendo... Hay quien "terminar
el libro", lo convierte en obligación y seña de fidelidad y quien no tiene
ningún problema en abandonar dicha lectura cuando las expectativas creadas se
ven defraudadas... En el siguiente artículo, publicado en el número 1135 de Babelia, se habla de este asunto y se dan
algunos datos curiosos.
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