Ana María
Matute, penúltimo testigo de una era en la literatura española, ha muerto a los
88 años y 11 meses, tres años después de recibir el Premio Cervantes que la
dejó para siempre en el palmarés de las letras. Hace sólo unos meses, Ana María
se dejó ver en Jerez, en la Fundación Caballero Bonald con la buena noticia de que tenía una nueva novela terminada.
Será su último legado.
«Mi padre tenía una fábrica de paraguas, pero en casa se leía
mucho. Disponíamos de una pequeña biblioteca y compartíamos inquietudes
lectoras. Mi padre, incluso, empezó a escribir un dietario pero al final lo dejó y mi madre no se
iba a dormir sin leer un rato. Mis hermanos y yo mantuvimos esos hábitos: siempre
pedíamos libros para Reyes o por nuestro cumpleaños»
ANA Mª MATUTE
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