Emilio
Lledó obtiene el Premio Nacional de
las Letras 2014. Nació en Sevilla en 1927 y cumplió 87 años el pasado 5 de
noviembre. “Es un filósofo sencillo, que se limita a asombrarse ante lo que
pasa y que tiene la generosidad de contárnoslo”, dice Manuel Cruz. Gonzalo
Celorrio, por su parte, señala unos apuntes biográficos en estos términos: “Huyó
muy joven del hambre del estómago y del espíritu que se cernió sobre la España
de la posguerra y, sin hablar apenas alemán, se inscribió en la Universidad de
Heidelberg donde estudió filosofía...”
Desde
hace años, Emilio Lledó es un referente de cordura y sentido común, un hombre
que todo lo que dice y escribe se tiene en cuenta: “En el mundo de la
realidad, estamos; pero en el mundo del lenguaje, de los libros, somos”.
Curiosamente,
en un breve periodo de tiempo, ha recibido la notificación de tres premios: la
Asociación de Editores de Madrid le ha concedido el Antonio de Sancha “por
su compromiso con la cultura y la literatura” y desde México le han
concedido el I Premio Internacional de Ensayo Pedro Enríquez Ureña. Él, después
de toda una vida dedicada a la enseñanza, a la filosofía y a la literatura,
recibe estos galardones con sentido del humor: “Eso quiere decir que ya estás
tan viejo que están diciendo ´vamos a despedir simpáticamente a este señor”.
Preguntado por la salud del país, su
respuesta fue: “En la dictadura teníamos la esperanza de que esto cambiaría,
y ahora estamos en el territorio de aquella esperanza y muchas veces
desesperanzados”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario