(Información tomada de la revista Babar http://revistababar.com/wp/dia-de-la-biblioteca-2015/)
Por iniciativa de la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil,
desde 1997, en colaboración con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte,
cada 24 de octubre se celebra el Día de la Biblioteca, con el
objetivo de concienciar a la sociedad de la importancia de la lectura y como
homenaje y reconocimiento a la labor de los biblitoecarios/as.
Este año el acto oficial (con la lectura del pregón y la presentación
del cartel) tendrá lugar en la Biblioteca Pública del Estado de Ciudad Real,
donde se celebrarán actividades los días 23 y 24, entre ellas una exposición de
carteles conmemorativos de este día.
Cada año se encarga a un escritor y a un ilustrador, ambos de reconocido
prestigio, la redacción del pregón y el diseño del cartel que se difunde entre todas las bibliotecas de
España, asociados e interesados. Este año nos han gustado mucho los dos
seleccionados, el escritor Diego Arboleda (que ganó el Premio
Nacional de Literatura Infantil en 2014 con el estupendo libro Prohibido
leer a Lewis Carroll), y la ilustradora Leticia Ruifernández,
que ha trabajado con autores como Antonio Rubio, Daniel Nesquens o Jesús Carazo
(además de ilustrar sus propios textos).
Este es el texto del pregón:
Con motivo del
Día de la Biblioteca,
quiero compartir con vosotros un secreto: el Conejo
Blanco casi siempre tiene prisa.
Quizá algunos
penséis que esto no tiene mucho que ver con las bibliotecas y que, además, como
secreto, deja bastante que desear.
Alicia en el País de las Maravillas se
publicó hace 150 años, y desde entonces los lectores de todo el mundo han
sabido que el conejo llega tarde, demasiado tarde, y por tanto tiene
prisa.
Reconoceréis,
eso sí, que no es un conejo cualquiera. Que sepamos, este es el único conejo
que usa chaleco y reloj de bolsillo, lo cual plantea una incógnita: si tiene
reloj, ¿por qué siempre llega tarde? ¿Quién es culpable de la tardanza? ¿El
conejo o su reloj? Los expertos no se han puesto de acuerdo sobre este punto,
que ha provocado graves discusiones entre veterinarios y relojeros. Y si se
alude al chaleco, es aún peor. Solo hay una cosa más peligrosa que una
discusión entre un veterinario y un relojero, y es una discusión entre un
veterinario, un relojero y un sastre. Es mencionar el asunto y se desenvainan
todo tipo de agujas (hipodérmicas, de coser y de reloj).
Así que mejor
volvamos al secreto. El Conejo Blanco casi siempre
tiene prisa. Corre porque tiene miedo de que la Duquesa y, sobre todo, la Reina
de Corazones ordenen que le corten la cabeza. Pero vosotros, que aún conserváis
la vuestra, concentraos en ese casi. Es la clave, el secreto mejor
guardado del País de las Maravillas.
Casi siempre. ¿Cuándo no
tiene prisa el Conejo Blanco? Solo cuando visita un pequeño edificio escondido
tras los árboles del bosque: la biblioteca.
El conejo se
toma su tiempo para curiosear entre las abarrotadas estanterías. Tiene un libro
en mente pero, cuando se acerca a cogerlo, no puede evitar fijarse en el tomo
que lo precede, y en el de más allá (y, como ya sabéis, en una biblioteca, el
libro de más allá es al mismo tiempo el libro de más acá de otro libro que está
a su lado…). Demasiadas opciones. Lleva tiempo elegir un libro. El conejo sabe
que se encuentra en el hogar de la lectura, y la lectura es un placer que se
disfruta sin prisa.
Aunque nadie
haya mencionado antes esta biblioteca secreta, no lo dudéis, hay una en ese
extraño mundo que visitó Alicia. No puede ser de otra forma. Pues a pesar de
contar con el Sombrerero Loco, el Gato de Cheshire y la Oruga Azul, a pesar de
todos los animales fantásticos y las extraordinarias cosas que allí suceden,
todo eso no es suficiente para ganarse el nombre que ese mundo tiene. Un lugar
nunca podría llamarse País de las Maravillas si entre sus maravillas no se
contara una biblioteca. (Diego Arboleda)
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