
Accedió gustoso y preparamos las dos sesiones (una con todo el alumnado de tercero y otra con el alumnado de cuarto de Primaria).
Jaime nos había prestado previamente 22 libros de
manga, que colocamos en una maleta circulante para que estuviera una semana en
cada aula del segundo ciclo y los chavales pudieran ver y leer. También
previamente habíamos preparado dos bases sobre las que podrían dibujar los
chicos el día de la sesión.

El comportamiento de los chavales fue el adecuado y
se les vio en todo momento disfrutando de las enseñanzas plásticas que les
proponía el alumno de primero de bachillerato, convertido esa tarde el
“profesor ocasional”, quien también ha manifestado haber estado muy a gusto y
haber vivido una nueva experiencia personal. Así que todos contentos.
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