El intercambio de materiales entre bibliotecas ofrece siempre la posibilidad de dar a conocer o de conocer y participar de la imaginación y buenas prácticas de otras personas. Todo lo que hemos generado desde nuestra biblioteca escolar: boletines, guías de lectura, libritos de diferentes formas, álbumes de cromos, marcapáginas, “leocas”, polípticos informativos, etc., etc. ha ido a parar en un número importante a las manos de personas que trabajan en ámbitos similares y que son sensibles y receptivas a estos intercambio naturales que nos abren horizontes nuevos.
Hace pocas fechas, recibimos una caja , con una sugerente
leyenda exterior: “Los molinos del saber popular”. Venía de Chinchilla
(Albacete) y lo enviaba Luz del Olmo, una bibliotecaria amiga o una amiga
bibliotecaria. Contenía cuatro molinos y 16 aspas. Éstas tenían impresos, cada
una de ellas, la mitad de un refrán y los ocho refranes que podían formarse
procedían de El Quijote. Las aspas se colocaban con facilidad encima de los
molinos, gracias a los imanes que tenían el uno y las otras.
En
la hora semanal de biblioteca, los hemos trabajado con el alumnado de 5º y 6º
de Primaria. Formamos los ocho refranes y los fuimos leyendo y explicando, uno
a uno. A continuación, nos pusimos a trabajar con materiales que había
preparado durante el pasado fin de semana: aspas de cartón marrón, con imanes
(no tan potentes como los de los prototipos) y unas tiras de papel del mismo tamaño
con medios refranes meteorológicos, relacionados con el mes de abril... Y el
juego funcionó con la misma dinámica y ahí queda para poder seguir jugando con
otros refranes; los refranes, que son, de largo, una de las pruebas más
evidentes del saber popular; ese que no tiene autoría conocida y que se aprende
con la observación y la experimentación.
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