Casi a mediados del pasado
mes de junio, nos llegó la comunicación de que nuestro colegio estaba entre los
14 finalistas de un total de 157 experiencias presentadas por centros escolares
y entidades educativas de todo el país. La Fundación SM había convocado el “IIº Concurso de buenas prácticas para el
éxito educativo”. Nuestro colegio se presentó al concurso con el proyecto
titulado: “Mejoramos la convivencia a través del desarrollo de las inteligencias
múltiples”. Aunque en las bases se concedían diez premios, finalmente,
se entregaron siete y nos quedamos fuera de los mismos. Algo previsible, si
tenemos en cuenta que en nuestro colegio no llevamos libros de texto de la
editorial convocante, pero contentos de haber estado seleccionados para la
final…
Ahora, a finales de agosto,
cuando hemos vuelto al colegio para los preparativos del próximo curso –cuyo inicio
es inminente- nos hemos encontrado con un regalo generoso e inesperado: cuatro cajas de
libros para la biblioteca escolar, por nuestra participación y por haber sido
finalistas de aquella convocatoria: libros para el profesorado, libros
informativos y libros de LIJ, junto con una carta de felicitación, firmada por
el Director de la Fundación convocante, en la que se ponen de manifiesto los
méritos y las aportaciones que nuestro proyecto hacía y por las que fue
merecedor de estar en la final. Llegar a la final siempre tiene premio, pero para eso hay que trabajar silenciosamente, pero con convicción y constancia.
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