En este blog
bibliotecario, hay muestras de diversos proyectos realizados en el colegio, en
los que, como horizonte de trabajo y como realización final, se encuentra la
confección de un libro colectivo. En ocasiones, ese proyecto se ha impulsado
desde la biblioteca escolar, al hilo del desarrollo de una actividad concreta,
y en otras, se ha realizado desde una clase, un nivel o un ciclo
determinados... En los enlaces que siguen, puede verse algo de lo dicho:
En esta ocasión, vamos
a referirnos al trabajo realizado en un aula del Primer ciclo de Primaria. Para
ello, hemos hablado con Silvia Gómez
Bosque, tutora de 1º durante el presente curso y participante también del
Seminario de BLI, quien nos muestra y nos explica el contenido de una bolsa
especial, donde se guardan varios ejemplares de libros únicos y colectivos,
puesto que se han confeccionado sumando los trabajos que han realizado los
niños y las niñas de su clase. Algunos de esos libros se han generado y
finalizado en el aula y otros se han construido con ayuda de las familias.
Silvia nos muestra y
nos explica... Por un lado, tenemos títulos como “Conocemos los animales”, “Refranes”
y “Recetas
del mundo”. Los tres –cada cual con el contenido que sugiere el título-
se han confeccionado en el domicilio familiar, con ayuda de la madre o el padre
de cada criatura. En el primero hay una pequeña investigación de las
particularidades de un animal; en el segundo, cada uno ha escogido, escrito e
ilustrado un refrán y en el tercer caso, han hecho lo propio con recetas
gastronómicas de distinta procedencia...
En otros casos, el proceso se ha
iniciado con la lectura de otros libros, álbumes ilustrados, libros de
poemas... que han posibilitado la generación de textos, por parte de niños y
niñas, hasta confeccionar nuevos títulos. Es el caso de “Abece bichos”, en el que
cada participante, juega con palabras que comienzan por una inicial concreta,
realizando sencillos tautogramas y, además colorea dicha inicial de varias
maneras, en un claro guiño “warholiano”
o el de “Flora y el Flamenco”, un álbum sin palabras al que los
chavales, añaden precisamente elementos narrativos o diálogos, que
imaginan a partir de las imágenes. El
titulado “Acrósticos” nace de la lectura del libro “El secreto” de Éric Battut. Cada niño o niña elige una de las
palabras que ha escuchado en la lectura y genera un acróstico. La suma de todos
los construidos dará forma definitiva a un nuevo libro colectivo. Similar
estrategia es la que ha dado como resultado “El ladrón de palabras”;
tras la lectura de este libro de Nathalie Minne, cada niño y cada niña eligen
unas palabras y construyen unas frases o un minicuento. En “El
noticiero de los libros” lo que se escribe es una noticia inventada
sobre el libro que se ha leído en clase... y, para terminar, citamos “El
libro de las presentaciones”, en el que cada cual colorea su fotografía
y escribe algunas características personales que desea dar a conocer... Libros,
todos ellos que, finalizado el curso, bien podrían nutrir las estanterías
dedicadas a la autoedición en la biblioteca escolar del colegio.
Silvia confiesa las
fuentes en las que ha bebido y bebe para embarcarse en estos emocionantes
proyectos que procuran otras miradas y definen nuevos caminos para abordar los
objetivos pedagógicos, creativos e innovadores... La lectura de álbumes
propuestos desde el “Pipiripao” (grupo de trabajo surgido en la biblioteca de
Zuera, con Chus Juste y Félix Albo, como principales impulsores y los trabajos y
publicaciones, en este sentido, de Víctor Moreno, Montserrat Sarto o Mariano
Coronas... Como ella misma afirma: “Intento
llevar la finalidad comunicativa de la lengua y la literatura de una manera
diferente; fomentando la lectura y la escritura”.
En unos tiempos escolarmente
revueltos y pedagógicamente poco boyantes en general, como los que se viven en
la escuela desde hace un tiempo, (con la obsesión evaluativa de las
autoridades) deben ser los maestros y maestras quienes retomen sendas, ya
exploradas en muchos casos, que ofrecen ingredientes innovadores, sorpresas
creativas y horizontes hacia los que caminar con ilusiones renovadas y
entusiasmo pedagógico. Estos libros colectivos que Silvia realiza con sus
alumnado son una prueba evidente de que las cosas pueden hacerse de otro modo;
son ejemplos palmarios de cómo hacer una escuela diferente.
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