miércoles, 3 de septiembre de 2014

Leyendo e interpretando huellas (II)


Hervé Joncour vivió todavía veintitrés años más, la mayor parte de ellos con serenidad y buena salud. No volvió a alejarse de Lavilledieu ni abandonó jamás su casa. Administraba sabiamente sus haberes, y ello lo mantuvo para siempre al abrigo de cualquier ocupación que no fuera el cuidado de su parque. Con el tiempo, empezó a concederse un placer que antes se había negado siempre: a quienes venían a visitarle les relataba sus viajes. Escuchándole, la gente de Lavilledieu aprendía el mundo y los niños descubrían lo que era la maravilla. Él narraba despacio, mirando en el aire cosas que los demás no veíanDe vez en cuando, en los días de viento, bajaba hasta el lago, y pasaba horas mirándolo, puesto que, dibujado en el agua, le parecía ver el inexplicable espectáculo, leve, que había sido su vida.” (págs. 124-125 del libro “Seda”, de Alessandro Baricco – Anagrama, 2011)

huevos de gusano de seda
Monte Fuji
 ¡Qué bonita expresión: “la gente aprendía el mundo” y qué sugerente esta otra: “y los niños descubrían lo que era la maravilla”. "APRENDER EL MUNDO" (¡qué buen título para un proyecto colectivo de trabajo, desde la biblioteca escolar, que involucre a todo el centro!) Hablar, contar, mirar, escuchar, leer… Todos esos verbos los podemos conjugar en una sesión (en clase o en la biblioteca) en la que alguien cuenta el último viaje (y se ayuda de fotografías proyectadas, por ejemplo). El señor Joncour del relato, es posible que tuviera una capacidad extraordinaria para contar sus viajes, dejando embelesados a sus oyentes, pero también las maestras y maestros, algunas madres o padres; alguna persona de nuestro pueblo o ciudad que sabemos que ha realizado un viaje extraordinario; chicos y chicas que hayan viajado recientemente, etc. pueden contar sus aventuras viajeras y ayudar al alumnado a “aprender el mundo”…

La “maravilla” es la posibilidad de comunicar nuestras experiencias; es ayudar a ver, leer e interpretar un libro relacionado con lo que estamos comunicando; es compartir vivencias, hacer preguntas, sorprenderse ante el relato o ante las imágenes aportadas… La lectura de libros, de textos escogidos, de algunos artículos de revistas o periódicos, de entradas en algunos blogs… –si estamos atentos y atentas- nos ofrecerán esos recursos que la gente suele demandar en formato listado cerrado, pero que deberemos descubrir por nuestra cuenta y luego, ya si acaso, se los ofreceremos a nuestros compañeros para compartir el descubrimiento y hacer juntos el camino de su aplicación escolar.


Por cierto, si no habéis leído esta novela breve de Baricco y tenéis oportunidad de hacerlo, os la recomiendo.

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